LA FUNDACIÓN
DE COICOYÁN DE LAS FLORES
Al norte de la capital del estado de Oaxaca se localiza Coicoyán de las
Flores, perteneciente al distrito Juxtlahuaca, del mismo estado. Este municipio
se encuentra entre los 17 grados 16 minutos de latitud norte y los 98 grados 16
minutos de longitud oeste del meridiano de México, y está situada a 2 mil 20
metros sobre el nivel del mar.
Clima, flora
El clima que predomina es frío con abundante lluvias en
verano.
Coicoyán se halla encumbrado en plena sierra madre del sur por lo tanto
cuenta con grandes extensiones montañosas pródigas en pino, ocotes, madroños,
encinos, oyameles y demás árboles de temperaturas frías. Hace años, la madera
de esta región era explotada por un aserradero que provocó, entre otras causas,
la devastación de los bosques por no contar con medidas de reforestación. De
aquella montaña abundante de madera, orgullo de los habitantes, ahora solo
queda residuos de la tala inmoderada, de los incendios y las plagas.
Existe abundante agua que se aprovecha poco producción alimenticia pues, debido a lo abrupto del suelo, los terrenos de riego son escasos (la mayoría son de temporal, donde se siembra maíz, frijol y papa.) los vecinos tiene la fama de elaborar jaranas violines y artesanía de madera.
Existe abundante agua que se aprovecha poco producción alimenticia pues, debido a lo abrupto del suelo, los terrenos de riego son escasos (la mayoría son de temporal, donde se siembra maíz, frijol y papa.) los vecinos tiene la fama de elaborar jaranas violines y artesanía de madera.
Las primeras familias que llegaron en coicoyàn y el año en que se fundó
En aquel tiempo las familias ¨de fuera¨ llegaron a avecindarse,
imprimiendo rasgos que modificaron el hábitat y la cultura de los nativos,
aprovechándose de las condiciones paupérrimas e ignorancia de estos para adueñarse
de los recursos naturales heredados de sus antepasados. Se considera fecha
tentativa de la fundación del pueblo el año de 1700, con algunas casitas hechas
de zacatón y, gracias a las visitas continuas de los pastores de las haciendas
volantes de la región, quienes buscan alimentos y bebidas, el caserío de
Cuicoya (como se le conocía inicialmente) poco apoco fue creciendo. En las
últimas décadas del siglo XIX, los caciques de ¨de razón¨ se salieron con
los caciques indígenas y los curas para impulsar nuevas costumbres.Sobre los
apellidos que hoy existen en el pueblo, las primeras casas de adobe que
construyeron los antepasados, los puentes que hoy existen el
pueblo y quienes lo hicieron y unas canciones del pueblo que habían compuesto
varios autores del mismo pueblo fue así cuando Coicoyán tuvo sus canciones.
Una breve historia sobre coicoyán
Pero Cuicoya tiene una historia de la que yo voy a dar a conocer,
espero que me entiendan con lo poco que yo pude enterar acerca del pueblito
de las que yo voy comendar con ustedes ahora, y también quisiera
que todos los niños de hoy le interesen la historia de Coicoyán, para no
perderlo. Que lo disfruten y se los dejo de tarea para que lo consulten
con los demás que no saben acerca de Coicoyán. Es más bien todos nosotros que
somos de Coicoyán de las flores tenemos que tener esa historia en la mente para
que siga creciendo en nosotros, por lo tanto para saber nuestra identidad, no
tener duda con nosotros mismos porque la historia es muy bonita que nos hace
reflexionar muchas cosas que hay en nosotros y no sabemos valorarlo porque lo
tenemos alejado de nosotros y ni nos interesa, pero no debería de ser así hay
que valorar…
En aquel tiempo de 1700, en los cerros que circundan el pueblo había mucho
ganado cabrío el cuidado de administradores llegados de otros lugares .Los
pastores tuvieron que frecuentar la única aldea cercana que era precisamente
quilla, nombre que aun no tenía popularidad. En mixteco se llamó
primitivamente yoso siqui llaa que significa llano de la
chaquira blanca porque cerca del panteón hay un llano que era tan, pero
tan hermoso que nadie podría imaginárselo, había flores hermosas, piedras
tan bonitas que no podrán encontrar en ningún otro lugar, era el único llano al
que le pusieron por primera vez en mixteco yoso siqui llaa que
significa llano de la chaquira blanca. En él había piedrecitas blancas parecen
tener pequeños agujeritos. Con el paso del tiempo lo cambiaron de
nombre y lo llamaron simplemente quillaa como hasta hoy en la actualidad. Y los
incipientes visitantes hablaban mexicano o náhuatl y para ellos no tuvo
importancia algún nombre en mixteco. Los habitantes de las pocas casitas de
zacatón vivieron a los recién llegado como sus amigos y comenzaron a
frecuentar los jacales donde vendían pulque y casi todos los dueños tan
borrachitos como ellos, tocaban una jaranita cuyo sones incitaban a los
extraños a cantar y a bailar cada domingo. De ahí que el tianguis a tener auge
el domingo de cada semana. Así, los mismos pastores comenzaron a invitarse
diciendo vamos a Cuicoya, palabra que entre ellos significaba ¨ lugar donde se
canta y se baila ¨ .Primeramente se le llamó Cuicoya, después cuicoyan y por
fin se reconoció por el gobierno como Coicoyán. Que entre los
aztecas había un edificio donde los mancebos mexicas se instruían en el canto y
la danza en la antigua Tenochtitlán. Se llamó cuicoya.
Llevado pues a la pila bautismal nuestro pueblecito quedó ungido y
signado definitivamente como Coicoyán o ¨lugar donde se baila y se canta
¨.
¡Dulce recuerdo y promesa de
cariño de nosotros los herederos de esta tierra que nos vio nacer! Nadie hasta
hoy tiene la menor noticia sobre el tiempo que está alejada población vio
hollado su suelo por el primer hombre que por cualquier circunstancia lo haya
escogido para hacer su hábitat. Solo que en 1735 ya era cabecera de parroquia
según lo asentó en un libro de cofradías el sacerdote Mariano Nicolás de
Herrera en 1792, diciendo que ese mismo año se nombró el primer mayordomo de
Santo Entierro recayendo en el administrador de los pastores que cuidaban
ganado cabrío. Esta debe ser la versión más exacta ya que escrita
por un sacerdote de la época, además de que las varias personas
consultadas cuando tenía 90 años o más, todas dijeron ignorar la fundación del
pueblo algunos de estos vecinos dijeron que por 1860 la sociedad estaba
encabezada por lo señores Baltasar Tenorio y Margarita Ortiz llegado de
Tlapacingo en fechas desconocidas y que los mismos avecindados aseguraban haber
conocido a personas nativas, algunas de ellas con casi un siglo de vida y
quienes tampoco supieron decir el tiempo y de donde llegaron los primero
pobladores.
Por los años de 1860 al 1870, llegaron a Coicoyán varias familias huyendo de la inestabilidad política de la época, formando, más tarde, una sociedad que por su solvencia moral y social, logró dar al pueblo el renombre que obtuvo no obstante el reducido número de os habitantes en acción. En verdad que era de reflexionar como en un rincón tan aislado hubiera tantas personas güeras casi bien educadas, en contraste con la familia nativas que no sabían el español y menos leer y escribir. Por eso, Coicoyán se convirtió en un pueblo rector de todos los que lo rodean dada la idiosincrasia de ellos. Recordaban muy bien haber formado parte de familias avecindadas el año 1882 cuando un temblor fue tan devastador, que no pudo ser olvidado por mucho tiempo. También contaban emocionados que por esa época algunos curas llegado directamente de puebla, solían tener a las puertas de sus despachos, un costal llenos de tlacos que equivalían a un centavo de hoy que los indígenas que los visitaban tenían el derecho de tomar con sus propias manos dos o más monedas, generosidad del clérigo o galantería de la casa como se dice ahora.
Por los años de 1860 al 1870, llegaron a Coicoyán varias familias huyendo de la inestabilidad política de la época, formando, más tarde, una sociedad que por su solvencia moral y social, logró dar al pueblo el renombre que obtuvo no obstante el reducido número de os habitantes en acción. En verdad que era de reflexionar como en un rincón tan aislado hubiera tantas personas güeras casi bien educadas, en contraste con la familia nativas que no sabían el español y menos leer y escribir. Por eso, Coicoyán se convirtió en un pueblo rector de todos los que lo rodean dada la idiosincrasia de ellos. Recordaban muy bien haber formado parte de familias avecindadas el año 1882 cuando un temblor fue tan devastador, que no pudo ser olvidado por mucho tiempo. También contaban emocionados que por esa época algunos curas llegado directamente de puebla, solían tener a las puertas de sus despachos, un costal llenos de tlacos que equivalían a un centavo de hoy que los indígenas que los visitaban tenían el derecho de tomar con sus propias manos dos o más monedas, generosidad del clérigo o galantería de la casa como se dice ahora.
Después de poco tiempo la conversión del nativo fue más por temor que por
convencimiento, pues casi todas las personas de posición social económica
tenían a sus brujos preferidos y aprobaban a plenitud que en los cerros se
festejaran a los ídolos en vez de San Marcos, es decir, creían a pie juntillas
en las piedras sin renegar de su catolicismo.
En lo social había un grupo que
después de muchos años, se acomodó congraciándose con las gentes más solventes
logrando crecer en número y en superioridad.

¿Cómo
hacían sus fiestas ?
Como se ve, el Coicoyense nada debe al forastero que por su color y su
buena condición económica se enconchaba en su reputación. Ante esta forma tan
sofisticada y ajena al nativo, también este formó su círculo social aparte,
pues sus fiestas las hacía únicamente con familiares y amigos suyos,
amenizándolas con un violincitos y la tradicional jaranita que alegraba sin
medida a los concurrentes aunque en estas tertulias bailaban sin abrazarse y
con mucha parsimonia, principalmente las señoras que trataban de esconder sus
caras tañidas de vergüenza.
En cambio, la sociedad de los ¨de razón¨ lucía orgullosa el esplendor
de su atuendo muy a la moda cuya presentación realzaba la belleza que no les
faltó a todas las jóvenes y señoras de ese tiempo. Además, las gentes eran tan
refinadas en su trato social, que en cualquier acto se hacía presente el buen
comportamiento y hasta casi una gala de cultura y decencia. Tal vez esta
conducta hizo valer aquella fama de: para flores, mujeres y pan.
Las mujeres de Coicoyán
La verdad es que hubo bonanza de muchachas bonitas, cuyos últimos retos
atestiguaron aquella primavera idas tanto años ha. Todas pertenecieron a
aquella nueva y ajena sociedad que nació y se desenvolvió en sus mejores
momentos llenos de honores sirviéndose de su riqueza. Ese grupo social subió a
la cumbre con indiscutible jerarquía viviendo entre un bienestar
envidiable.
Mas esa grandeza, como todo en este mundo, tuvo su límite y le llegó
su momento. Comenzó el decaimiento en todos los aspectos en forma tan vertical,
que nadie supo contenerlo. Las muchachas buscaron y hallarlo fuera del pueblo
un mejor destino, casándose, y así emigraron a diversas partes hasta olvidarse
del Cuicoya que las vio nacer. Los padres y abuelos que en otros tiempos
lograron afanosamente alguna posición económica, murieron o se separaron
dejando sus habitaciones otrora paraíso de su orgullo y su fortuna, cuyas
ruinas avivan el deseo de sus descendientes de ausentarse también en busca de
mejores perceptivas quedándose Coicoyán como un teatro después de una animada
función estelar: triste, silencioso adsorbido en su callada soledad. Es que en
su caída el engranaje social adquirió cohesión para perderla rápidamente,
desarticulándose hasta llegar a la insignificancia en que actualmente se
desenvuelve.
El hombre de coicoyán y sus obras
Así fue como el hombre que en verdad representaba al pueblo por su
experiencia, por su dinero o por su empeño y cariño, honró al lugar que le dio
hospedaje. Porque un portal municipal, un templo, un mercado, los puentes y
cuando pueda tener de buen Coicoyán, se lo debe al funcionario honesto que
amara a este bello rincón; a ese hombre que tuvo visión para controlar a los
indígenas y lograr de ellos lo famoso tequio que hicieron posible las obras
que nos dejaron como una herencia. Resumiendo diríamos que hubo
dominación, pero también trabajo; hubo mando y opresión, pero a cambio se ganó
unidad aunque fuera, al uso porfirista.
La postración de Coicoyán
comenzó cuando descendientes de aquellos señores maduros, enarbolando juventud y derecho político, pudieron tomar lo puestos públicos con aparente responsabilidad. Recuérdense que hubo señores y jóvenes que jamás fueron dignos de ser votados para un cargo de representación popular. Y siguió una decadencia tal incurable, que hasta hoy, nadie ha podido hallar la inyección apropiada para atenuar las dolencias que afligen a Coicoyán. Parece que estamos cansados con la suspicacia en el alma y desconcertado por el derrumbe tan estrepitoso de pueblo en su vida interior. No desconocemos que hay y habrá personas entusiastas y llenas de un fervor de patriotismo que si lograran contagiar a otras gentes de su civismo, tal vez volverían a florecer aquellos recordados tiempos idos. ¿A caso necesitamos otras corrientes migratoria como la de 1850 y que repita la hazaña de formar otro Coicoyán alegre, responsable y trabajador? Esto sería posible porque la mayoría de los ciudadanos es joven y siguiendo la alocad corriente del momento, de seguro desquiciaría más la inquietante y desconcertante situación.
comenzó cuando descendientes de aquellos señores maduros, enarbolando juventud y derecho político, pudieron tomar lo puestos públicos con aparente responsabilidad. Recuérdense que hubo señores y jóvenes que jamás fueron dignos de ser votados para un cargo de representación popular. Y siguió una decadencia tal incurable, que hasta hoy, nadie ha podido hallar la inyección apropiada para atenuar las dolencias que afligen a Coicoyán. Parece que estamos cansados con la suspicacia en el alma y desconcertado por el derrumbe tan estrepitoso de pueblo en su vida interior. No desconocemos que hay y habrá personas entusiastas y llenas de un fervor de patriotismo que si lograran contagiar a otras gentes de su civismo, tal vez volverían a florecer aquellos recordados tiempos idos. ¿A caso necesitamos otras corrientes migratoria como la de 1850 y que repita la hazaña de formar otro Coicoyán alegre, responsable y trabajador? Esto sería posible porque la mayoría de los ciudadanos es joven y siguiendo la alocad corriente del momento, de seguro desquiciaría más la inquietante y desconcertante situación.

Pero mientras ningún vuelco de la historia haga cambiar el curso
actual, nuestro pueblo seguirá volviendo a su primitivo perfil para hacerse el
Cuicoya ya que hospedó tantas familias representativas que dieron lustre y fama
a la sociedad de entonces. Lo negativo está en la juventud actual a cometido
crímenes que manchan el buen nombre del pueblo.
Lo único que no podemos borrar jamás en el paisaje que le imprimió al
lugar, cuanta obra ordenó hacer el ausente y que permanecerá como signo de su
paso.
Los apellidos
Los apellidos no eran conocidos por las gentes para distinguir a los
hombres, tenían que agregarle al nombre de la esposa. A este hecho, se debió
que a uno le llamaran Antonio de Tea, es decir, Antonio de Dorotea, a Mauricio
de Gregoria le llamaban Licho de Coria convirtiendo después en Licho Cola,
notable personaje que se hacía quemaren carnaval para borrar el pecado.
Hasta 1890 don Simón Villavicencio pidió apellidos al gobierno del estado y
este envió una lista y cada jefe de familias tenga apellidos
propios.
Los primeros comerciantes
se instalaron bajo techo y ordenadamente hasta 1896 cuando Ceferino
Leiva puso la primera tienda. Y el primer hombre que endulzó el
paladar del vecindario con pan, se llamó Victoriano Reyes de
Tlacotepec Nieves. Este señor fue padre de doña Amanciana Reyes.
Vestimenta
Tratándose de la moda, las mujeres sabían todas hilar el
algodón y tejer la seda del gusano. De ahí que a una nuera se le dotara de una
hojita de morera llena de gusanito y de una rueca para que hilara y
tejiera su huipil.
Hasta 1905 cambio la moda, ya que
las mujeres comenzaron vestir la tradicional enagua y la camisa bordada de
mangas cortas. Las señoras ricas usaban el llamado saco que era una camisa fina
de mangas largas. Y no por eso deslucía su presentación. ¡La moda vestida de
seda…
¿Los ricos? Los señores Martin Ibáñez y Rafael Melo fueron dos de los más
ricos del pueblo usaron las llamadas calzoneras que no era otra cosa que
calzones anchos abiertos desde la rodilla, luciendo en los bordes de la
abertura peso de plata pura. Sus cinturones también estaban cubiertos de
pesos y hasta el sombrero lo adornaban con muchos del águila. ¡Ah malhaya, si
hoy nos encontraremos un charritos de esos en el camino! El lujo de este tiempo
asoleaba el dinero después de un bañito de agua de limón o de ceniza.
Algunos costumbres
¡Bendita de la abundancia, señor! Y lo santos pedían caridad. Increíble,
pero cierto. Las autoridades proporcionaban un topil y este cargaba un santo
llamado de las tres caídas. Lo guiaba el fiscal mayor de la iglesia que pedía
al vendedor, frutas o dinero. Los acompañaba don Antonio de Tea, notable
principal a quien nadie osaba negar el curato con un buen surtido a las
espaldas. Mas lo curioso estaba en que nadie tenía el derecho de comerse una
fruta y menos tomar un centavo. Decía que todos eran para los pájaros y
ardillas que adornaban el curato. Siendo presidente municipal don Miguel Valle,
quitó esa detestable costumbre.
Los aretes también fueron ornato de los hombres. Esta costumbre fue
antigua, pero por tradición se sabe que los solteros usaban arracada en la
oreja izquierda, quitándosela hasta que se casaba. Se distinguía los solteros
ricos porque el arete era de oro puro.
Las mujeres también tuvieron su tiempo. Se cuenta que las mujeres solteras
se distinguían por el famoso casahuanque invariablemente blanco, indicando
doncellez, celibato. ¡Tiempos de modestia y
honradez!
Las primeras casas
La primera casa de adobe y tejas fue construida por el cura José
María solano (viejito) en el mismo lugar donde hoy vive don Antonio Velasco.
Durante muchos años esta casa serbio de curato. La segunda casa lo construyó
don Martín Ibáñez y hoy la posee don Manuel Rodríguez Velasco. La tercera la
hizo don Simón Villavicencio habitada últimamente por Eloísa Villavicencio
frente al mercado. La cuarta la construyó don Fermín Mendoza, misma que después
fue habitada por las hermanas Leiva Chávez también frente al mercado. Se dice
que se hicieron durante la década de 1870 a 1880, y todas cambiaron el panorama
general y se apoderó de todos una fiebre por hacer casitas de adobes ya
enfiladas.
Los puentes
El puente más grande fue construido por don Filomeno Villavicencio en 1900,
bautizado como el Vicente Guerrero y que está en la Constitución. El puente
Emilio Portes Gil fue reconstruido por don Herlindo Angón en 1929 e ignoramos
cuándo se inició desde sus cimientos. El puente que está frente al rastro, fue
construido por don Pompeyo Villavicencio en 1935 y el de la salida a Juxtlahuaca
también o construyó don Pompeyo, ignorando el año, aunque es muy
reciente.
La canción
Al memorizar las convivencias en el antiguo Coicoyán, durante los
trayectos, surgieron las presentes líneas. Al rememorar aquellos pasajes, las
chilenas, los corridos y
canciones.
¡Oh mi lindo Coicoyán! Palabras mágicas que juntos de los acordes de una
guitarra o una jarana descubre una serie de recuerdos ocultados parcialmente
por el tiempo y la distancia en cualquier coicoyense. Uniéndose la vista
al oído para sentir en nuestra piel la emoción que nos origina aquel pedazo de
tierra, aquel terruño lleno de historia, lleno cultura y
tradiciones.
Fue así toda esa historia de mi lindo pueblo Coicoyán que a lo mejor
a ustedes no les interesó pero a mí si me hizo interesante y se sigue
siendo muy importante para mí, esto estará muy dentro de mi corazón y será
parte de
mí…
A pesar de todos estos que pasó compusieron varias canciones que al
siguiente les voy a escribir una que dice
así:
MI LINDO COICOYÁN
Autor: profesor Leonor Palemón caballero
¡Oh! mi indo Coicoyán,
¡Oh! mi indo Coicoyán,
esmeraldita escondida
de Oaxaca en un rincón,
¡Oh! mi indo Coicoyán,
esmeraldita escondida
de Oaxaca en un rincón,
Los que vienen
los que van
todo dicen que tu vida
es hechizo y es canción,
tus mujeres es adorables
tus costumbres patriarcales
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Con aroma de Ocotal
me enamoras Coicoyán
los que van
todo dicen que tu vida
es hechizo y es canción,
tus mujeres es adorables
tus costumbres patriarcales
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Con aroma de Ocotal
me enamoras Coicoyán
Tus mujeres al brillar,
tus mujeres al brillar,
la luna en noche planteada
sienten frio en el corazón
se estremecen al pensar
se estremecen al pensar
que al llegar la madrugada
Tienen cinta en el balcón
tus mujeres al brillar,
la luna en noche planteada
sienten frio en el corazón
se estremecen al pensar
se estremecen al pensar
que al llegar la madrugada
Tienen cinta en el balcón
Tus artistas pregoneros
de más fama de la región,
de más fama de la región,
para dar con embeleso
a su amante dulce beso
para dar con embeleso
a su amante dulce beso
a su amante dulce beso
para dar con embeleso
a su amante dulce beso
¡ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
con aroma de Ocotal
me enamoras Coicoyán
son tus indios Coicoyán
son tus indios Coicoyán
Tus artistas pregoneros
de más fama de la región,
son tus indios Coicoyán
Tus artistas pregoneros
de más fama de la región,
son el alma regional
son el alma regional
pues transforman con afán
pues transforman con afán
tus maderas en guitarras
son el alma regional
pues transforman con afán
pues transforman con afán
tus maderas en guitarras
en violines y jaranas.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Con aroma de Ocotal
me enamoras Coicoyán
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Con aroma de Ocotal
me enamoras Coicoyán
Bibliografía:
Don José Ignacio, alias Tío calavera
Este señor fue dueño de la fracción de terreno que hoy ocupa el mercado.
Allí tenía su jacalito donde vendía pulque a los pastores que bajaban del cerro
los días domingos, y como les tocaba la jarana, ellos bailaban y cantaban con
él, lo que dio origen a que le llamaran Cuicoya en náhuatl, es decir lugar
donde se canta y se baila. Años después comenzaron a reunirse gentes de los
pueblos vecinos para comprar o vender, frente al templo, único lugarcito que se
prestaba para el caso.
Miguel valle
Este señor era nativo de Tulcingo, llegó por 1880como administrador de la
llamada hacienda de ancho. Vigilaba y cuidaba a los pastores de las muchas
partidas de ganado cabrío que había en los cerros. Sus pastores se avecindaron
o separaron cuando no sé por qué razón el agnado se terminó. Don miguel quedó
como vecino y el pueblo lo nombró el presidente municipal y su primer fue abrir
la callecitas tal como están hoy.
Rogerio Montesinos Maldonado
Don Rogerio se refiere a Coicoyán como yoso siqui
llaa
<<lugar de chaquira blanca>>, y nos dice que cerca del panteón hay
piedrecitas blancas con agujeritos parecida a la chaquira. Recuerdo que
mis abuelos decían esto, pero no se referían al panteón actual, si no al
llamado <<panteón viejo>>, situado en el oriente y camino a la
población de Tilapa. En la actualidad algunos pobladores narran haber
encontrado paredones semienterrados y destruido casi en su totalidad,
perteneciente a la población de Coicoyán antiguo es decir a Cuicoya el viejo.
((((Don Marcelino López, alias lino Cuchiqui))))
mi pueblo coicoyán
ResponderEliminarInteresante historia
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